En Familia (de Caravana)

CHANTAJEADO POR UN AGENTE DEL ORDEN
Quito, 26 de Abril de 2005.- El miércoles 20 de abril, aproximadamente a las 10.30, en la salida del túnel de El Tejar, sentido sur-norte, bajo el clásico pretexto de haber cometido una infracción de tránsito, un policía me detuvo y me pidió “que lo acompañe” hasta la “Colón”. Me recitó la Ley de Tránsito, específicamente, la “falta cometida”, “no respetar los conos”, (¿?) sabiamente puestos por ellos para crear el caos vehicular en la salida del mencionado túnel. Cayó el incauto. Uno más en el chantaje organizado. En síntesis, el verdugo, digo policía, me indicó que me gané treinta días de cárcel y/o pago de una multa por $140.00 dólares USA, más la presentación de un escrito con abogado, requisito indispensable para que el juez de tránsito proceda. Justo cuando las cortes y los abogados, estaban en receso o en huelga. Como yo sabía que “la falta” insinuada por el gendarme del orden, no era tal, le dije que con gusto “lo acompaño”. Ya en la puerta del CDP, en la Colón, me sugirió que podía ayudarme, pero que debía llevar el dinero para pagar la multa. Le pagué la multa y sanseacabó. El sabor del chantaje no se me quita. Cuando uno tiene la razón, sin perder la serenidad debemos exigir el respeto a la ley. Yo la tenía, pero me asustó. Hoy tengo ganas de denunciarlo, por abuso de autoridad. (LER)

DIPUTADO PSC GOLPEADO POR UNA FORAJIDA
Quito, 26 de Abril de 2005.- El mismo día –20 de abril- fui a CIESPAL, para recabar información sobre la autoconvocatoria de los diputados, tanto para desconocer al entonces Presidente Gutiérrez, cuanto para posicionar al Vicepresidente Palacio en su reemplazo. En la calle me encontré con la hija de un buen amigo mío. Ella profesional recién graduada en la PUCE. Saludamos y nos despedimos. Ella menudita le increpa al legislador del PSC, Patricio Dávila, ex AGD, respecto del triste papel de los congresistas, este se sacude, valiente como el solo, además ex policía, ella no se amilana y le empuja, cortándole la salida, allí recibe el respaldo de otros estudiantes que le dan un poco de su propia medicina, de la que siempre ha hecho gala en el Congreso. Luego él y sus coidearios afirman que fue una horda de “matones” que los atacaron. Ahora ya saben, fue una joven estudiante, menudita que lo puso en su sitio. Otra sería la historia, si efectivamente el pueblo de Quito hubiera querido tomarse la justicia por sus propias manos. Así que cuidado “Honorables”. Los vándalos siempre han estado a sus órdenes para crear el caos y ustedes pescar a río revuelto, como lo están haciendo ahora (LER)